Se me olvidó tu nombre,
ya no sé cómo te llamas,
fuiste vida, Cielo y agua,
para mí ya no eres nada.
Tiembla mi voz al nombrarte,
en silencio por la casa,
te llevaste mis recuerdos,
eres un ladrón de almas.
Se me olvidará tu rostro,
tu pelo y tus labios,
se me olvidarán promesas,
ocultas entre mis manos.
Porque cuando llega la noche,
y te arrastra a su lado,
no hay mayor enemigo,
que, el que se disfraza de aliado.
¿aún me duele?
Confieso que sí,
¿me pasará?
Lo prometo.
La herida que me hiciste,
es verdad, aún me duele,
pero ya no mata,
cicatriza...
¡Dolor, no tengas miedo!,
que por amor,
ni mato,
ni muero.
Paki Espiño, 2024
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