TRISTEZA

La tristeza me visita a veces, llega, la invito a un café, charlamos un rato y se va, otras veces se queda unos días, de los cuales, hablamos, reímos y lloramos, pero siempre se va. Pero hoy entró sin llamar, hablamos, lloramos y se quedó, al principio fueron días, que se volvieron semanas y ahora ya son años.

¿qué hacer? Decidí invitar a la tristeza a tomarse un café  conmigo y así poder  retomar esas conversaciones que teníamos desde la tranquilidad de saber que sólo está de visita, nunca para quedarse. Hoy hablamos de todo y de todos sin ningún tipo de tapujos, sin censura, sin rencor y  sin miedo.

 El miedo a veces no nos deja ser completamente sinceros con los demás y lo que es más triste, ser sinceros con nosotros mismos. Te  fuiste papá primero y cuando tenía el dolor controlado también se fue mamá. ¿cómo superar vuestra ausencia y seguir viviendo si no se consigue ser feliz? Ahí estás tú, la tristeza, pero yo no te acepto en mi vida todos los días, te permito que me visites, pero tienes que irte. Charlaremos, lloraremos, pero te irás, dejarás que vuelva a ser feliz, con ausencias, pero feliz.

Feliz por todo lo que vivimos juntos, feliz por todo el legado que me dejasteis, feliz por seguir el camino que me ayudasteis a crear. Feliz por los que están y no tienen culpa de las ausencias, feliz por todos los que tuve, por todos los que tengo y por todos los que tendré

  Paki Espiño,2024