Nunca borro las fotos donde salen personas que fueron algo en mi vida , por eso mismo , porque formaron parte de ella.
Si marcaron para bien o para mal un renglón en mi diario o protagonizaron varios capítu-los de mi vida , si me dejaron huella, cicatriz , recuerdos , delirios , penas o risas ... Ahí siguen en viejas fotografías, a mi lado provocando una sonrisa captada por la cámara , sujeta a un álbum.
Con los años hasta la rabia amansa pasando a una indiferencia que no duele como los puntos al coser una antigua decepción. A veces siento un poco de lástima del tiempo que dediqué a quien no merecía ni un buenos días , o me duele que almas que compar-ten mi misma sangre hoy sean completos desconocidos, porque los miro pero no los veo , no capto ni un ápice del amor que desinteresadamente les entregué .
Pero están ahí en blanco y negro en un rincón de mi cerebro , desdibujados pero presen-tes .
Y hoy que buscando un documento tropecé con aquel evento que nos captó para la eternidad con los ojos llenos de risas , los míos te extrañaron por un simple segundo , porque ya mi corazón no se dedica a perder tiempo que no tengo.
Maduré más con los palos que con los años y hoy puedo decir con absoluta seguridad :
- Yo no perdí , a mi me perdieron .
Mano Figueira
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