domingo, 11 de septiembre de 2022

LOS DISTINTOS REINADOS

 

Hoy Antonia no se ha despertado. Su marido, Juan, ya llevaba dos horas con las faenas diarias desde las seis de la mañana. Había extraído dos litros de leche de las dos vacas y dado de comer a las pocas gallinas que quedaban en el corral. Acudió extrañado a buscar a su esposa ; Antonia jamás en cincuenta años había abandonado sus labores mañaneras. La despertó con incertidumbre y preocupación: ¿Estas bien? Antonia abrió los ojos y apenas se movió. Me tenías preocupado, si quieres yo preparo algo para desayunar, -dijo Juan con preocupación-. Antonia se levantó muy lentamente, se sentó en la cama, y con su mirada fija al suelo, exclamó con voz muy pausada: -Ayer se murió la Reyna Isabel de Inglaterra. Vivió 96 años, nunca pasó hambre ni se preocupó si sus hijos tenían necesidad de algo, todos ellos nacieron con el oro debajo del brazo. Los míos nacieron con el hambre y la miseria debajo del brazo. Pero me enorgullece nuestro esfuerzo por ellos, salieron bien educados, con buenos principios, estudiaron y se emanciparon, sin necesidad de títulos nobiliarios. Eso sí que es historia y pundonor. Me quedan pocos años para llegar a la edad de esa difunta, y me pregunto porque unos tanto y otros tan poco. Jamás me había quejado, en mi vida no tuve envidia de nadie, pero después de ver ayer en todas las noticias tanta basura y parafernalia de todo ese reinado, me dan náuseas y no me apetecía levantarme. Bueno querido Juan, vamos terminar las faenas de nuestro reinado. Lino Saborido.





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