Qué fácil es calumniar
para la gente de escasa moral.
Qué valientes escondiéndose
en lágrimas de cristal
esa infalible arma de doblegar.
Qué absurdo suponer
que las batallas se ganan por la espalda
cuando la guerra siempre se
presta de frente.
Qué cansancio explicar
lo que con un poco de tiempo
ya se da a demostrar.
Un mal día cualquiera lo tiene,
pero si lo sufre el piloto del avión,
en picado
caemos los de siempre!
( Mano Figueira).
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