martes, 19 de julio de 2022

UN HOMBRE BUENO

 A ella la vida le enseñó desde bien  joven lo caro que se paga un instante de  felicidad.

 La engañaron y  la dejaron sola con su bebé y se desdobló trabajando para levantar sus vidas y  debiendo sacrificar  todo lo que una mujer soltera de su edad  disponía sin demasiado esfuerzo.

Así que como es más fácil ser mala que estar triste decidió pasarse al otro bando y ser déspota , intransigente , falsa , mentirosa, de baja moral y alta autoestima.

Conoció a un buen chico, lo enamoró , lo idiotizó ,le amarró las muñecas con hilos imperceptibles al público, lo hizo bailar a su ritmo , fue su títere durante dos largos años , en los que llegó a arrastrarlo por el lodo, despojado de su valía, anulada su capacidad de hombre pensante , aniquiló hasta el último ápice de orgullo .

Él que era un chico guapo, buen estudiante y mejor trabajador, con un corazón que no le cabía en el pecho , encariñado con el hijo de ella , aguardaba por las sobras de su cariño como perro fiel, e hizo falta Dios y ayuda para que abriese los ojos .

Ella basó su relación en una máxima de « daña antes de  que te dañen» y no sopesó los daños colaterales o sencillamente disfrutó del poder de tener bajo su yugo  el corazón estrujado y sangrante de un chico escogido para cebarse y vengar su ego y su despecho.

Ayer me enteré de esta historia por un mensaje de voz , una despedida de un chico , mejor dicho, de lo que quedaba de él , en el cual me resumió el dolor, la vergüenza, la crueldad y todos los sueños truncados de su persona.

No llegué a tiempo de salvarlo y hoy estoy aquí en el tanatorio, velando a un chico que era la alegría de mi casa .

Un ser especial que era el alma de mi viejo cuerpo .

Un hombre que nunca dejó de ser a mis ojos , mi niño .

Estoy mirando fijamente la puerta de la sala   porque sé que ella va a hacer su entrada en cualquier momento , la presiento en mis carnes , ella no sabe lo que yo sé.

Quiero ver con mis ojos al demonio cuando se viste de mujer , quiero que se acerque con ojos llorosos a abrazar a la madre de su víctima y quiero depositar un beso en su mejilla , apretarla en un abrazo firme mientras le susurre al oído, que se equivocó al elegir a un hombre bueno , que erró al escoger a uno de mis hijos , maldeciré cada soplo de aliento que salga de su boca y le desearé una larga vida en el infierno que yo le haré pasar .

Ahí está, parece una viuda desconsolada , camina hacia mí saludando a izquierda y derecha como la actriz principal de su teatro particular.

Sus ojos de gata se miden con los míos de un frío glacial , de un animal sin alma , la abrazo y mis labios azulados la obsequian con un beso envenenado , mientras un hombre bueno está siendo velado. 

 Mano Figueira.




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