viernes, 15 de julio de 2022

ESCALERAS AL CIELO

 Yo llegué al cielo por error . Primero porque no me tocaba tan pronto y segundo porque una quiere una muerte que no haga llorar a la gente de risa, porque es un palo presenciar tu funeral y ver las caras de los enemigos con ese rictus de risa contenida y es que el motivo sea atragantamiento con una galleta ,tiene tela marinera y suerte que no me llamo María, porque ya sería la guinda.

En el purgatorio  un caos , yo en pijama de verano , descalza y con los  pelos de loca temeraria, perdiendo la paciencia por culpa del papeleo, unas colas de vértigo y de ventanilla en ventanilla. Primero la de los pecados ,luego la del motivo del deceso , después la de opiniones de personas que te conocieron y por último la de la nueva dirección, que si para arriba o para abajo .

En esa ventanilla discutí yo con la funcionaria, porque me entregó la del cielo y le juré que había yo realizado toda clase de maldades más que suficientes para tirar escaleras para abajo al calor y los rabos y no veía motivos para subir y ponerme con plumas con todo el rollo de mi alergia ...

Pues ni para eso tuve suerte, me cuñaron el visado y el horario para presentarme a San Pedro .Cuando vi las escaleras me puse a jurar en una de las lenguas muertas y no porque las manejara ,es que yo lo estaba y pues claro, mi gallego provenía de mi lengua en ese momento.

Para distraerme me puse a contar peldaños. En el número setenta y cinco me senté porque me sentía morir, nunca fue lo mío lo de las cuestas arriba. De haberme tocado el infierno , ya estaría como Dios, ¡pero claro, no!, a una asmática hay que robarle el aliento. Me adelantó una abuela vestida de punta en blanco, era de otra raza y hablaba un idioma extraño , pero se ve que por aquellos andurriales la traducción es simultánea porque ella se hinchó a reír cuando le conté lo mío, no obstante, se ve que tenía prisa porque en nada la perdí de vista tras una nube .

También vi a un tío vestido con funda azul ,agarrado al pasamanos con cara de circunstancias y ahí sí que sin que él  abriese la boca deduje que era gallego, porque yo no sabía si subía o bajaba.

Por fin ,con tres años de vida menos por el esfuerzo, llegué al portalón de madera maciza más rococó que te puedas imaginar . Una cuerda con una pequeña campanilla se suspendía en la entrada y deduzco que, como uno llega extenuado, no está para dar golpes , de ahí la sutil campanilla.

Llamé y me abrieron enseguida .

Una sala inmensa de color blanco nuclear completamente vacía de personas o muebles es lo que me encontré y allí me quedé parada , cansada , casi cegada por el impactante color , sin saber qué hacer.

Visto lo antiquísimo de las instalaciones y que no había ascensor a ningún lado me esperé a ver a un abuelo de inmensa barba blanca aparecer por algún lado, cuando de repente y  de la nada un caballero mega atractivo ,un pedazo de pibón , de intensos ojos verdes y cautivadora sonrisa, morenazo de piel , embutido en vaqueros y camisa blanca arremangada, dejando ver unos brazos de gimnasio ,se me presentó como Pedro y ahí yo me callé todo lo que ensayé decir en los kilómetros de peldaños al cielo. Mis quejas más sentidas  sobre  mis esfuerzos consumados para optar  al  infierno se derritieron antes de enfriar , porque si ese hombre era la imagen de lo que me esperaba para la eternidad, estaba dispuesta a aprender a tocar el arpa y saltar de nube en nube por los restos amén.

Me preguntó el nombre y miró en su portátil ( no te lo pierdas) volvió a mirarme y me pidió perdón por las molestias ,me aclaró que  habían tenido problemas con internet y que el sistema erró con mi ficha. Que no me tocaba estar allí , que se habían  confundido en una vocal del primer apellido, que no era mi hora aún...y en un parpadeo estaba yo con la galleta en mano mirando absorta el tazón del cola-cao y jurando en hebreo  pasarme a los cereales.

Mano Figueira




No hay comentarios:

Publicar un comentario