La guerra engendrará la pobreza, y esta, la paz. Cuando los contendientes sean suficientemente pobres, aparecerán los que se han enriquecido con el esfuerzo bélico de otros y dirán lo que hay que hacer.
No solo los vivos son asesinados en la guerra. Los conflictos a gran escala cambian la vida de millones de personas, llegando a causar que las próximas generaciones sean también mucho más desdichadas.
Siempre ha sido así, pobres ucranios y pobres rusos. Y pobres tantos otros tontos, como la mayoría de nosotros, que pretendemos vivir sin soportar la excesiva explotación a la que nos someten los oligarcas y gobernantes con las reglas del juego económico vigentes. Erradicar la pobreza de la faz de la Tierra: esa es la gran batalla sin culminar.
Se ha dicho ya casi todo sobre la guerra de apropiación de Rusia sobre Ucrania.
Se han analizado los motivos, las razones primigenias del desastre, las presunciones de sus protagonistas; se analiza día a día, minuto a minuto, su desarrollo; se han previsto las consecuencias más diversas que habrá a largo medio y corto plazo en la economía, la geoestrategia y el nuevo equilibrio de poder internacional. Nadie tiene razón sobre este salvajismo.
La sangre y las nefastas consecuencias económicas de la guerra, solo serán el único precio de la victoria.
Lino Saborido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario