Oigo ecos de mil voces
En un desierto perdido,
Diciendo que no responden
Que no le está permitido.
Reconocen los lenguajes
Más no saben su destino,
Dejando al viento palabras
más allá de lo divino.
Sin venganzas ,se liberan,
De los pechos malheridos,
Y desvanecen con tiempo,
Y con tiempo en el olvido.
María Rial
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