Mi vecina del quinto tiene aires de marquesa y va tan tiesa por las calles que estoy barajando la posibilidad de que alguien en un pasado no muy lejano le metiese por donde no le da el sol el palo de alguna escoba que la imposibilitara para poder doblar la espalda .
Cuando mira a otr@ semejante lo hace por encima del hombro arrugando la nariz como si apestase y su risa es tan falsa como sincera es la maldad que brilla en sus ojos de hurón enfurruñado.
Presume de lo que no tiene y mantener ese porte señorial le cuesta muchas letras a pagar.
Mi vecina del quinto a donde no llega manda recado, lo que no sabe lo inventa , pone filtros a sus fotos del fsbk que para reconocerla tienes que quemar tu imaginación.
Sus dos hijos son los mejores , en boca de ella estaban graduados en Harvard antes de aprender a balbucear. Los hij@s del mundo restante son poca cosa para llegar siquiera a conseguir su amistad.
Si pasas por el barrio la verás asomada a su almena contemplando desde lo alto lo que cree su reinado y no saludando a los de abajo, para ella, meros vasallos .
Su marido es el rey destronado , que tiene que aguantarle sus salidas de tono y su bochornoso comportamiento.
Buen hombre, fiel esposo y padre devoto vive feliz a la sombra de la perla de su esposa, porque está cegado o enamorado. Condenado a pagar sus faltas , cubrir sus necesidades y aguantar sus necedades.
Mi vecina del quinto mañana hará una fiesta para celebrar su aniversario, recordando así que han pasado veinte años desde que condenara a su Bernardo a trabajar duro para cumplir con sus caprichos de eterna inmadura “irrealista” y de pocas luces .
Mañana saldrá con su mejor vestido y su eterno abrigo de visón falso, cogida del brazo de su esposo y seguidos por los pomposos gemelos , tod@s de punta en blanco y subirá al Instagram las mejores poses de borreg@s con aires principescos .
Mi vecina del quinto es un punto y aparte. De imbatible autoestima, a pesar de ser tan fea que no le guiña el ojo ni un francotirador experto.
Pero así es ella, la insufrible marquesa .
Mano Figueira.
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