Me usaron a su antojo
con más de cien cambios . Pasé de una máquina a otra de sección en sección , de
encargado a encargada, de un turno al anterior , de unas compañeras a otras .
Aprendí de casi todo y aguanté firme al pie del cañón.
Defendí mi puesto ( el
que tocara) con responsabilidad y ganas. Pasada la década , con las articulaciones
machacadas y la cabeza enmarañada , alguien decidió que la experiencia
adquirida no rivalizaba con la sangre fresca y que las personas con
principios y valores somos peligrosas a la hora de defender nuestros derechos
así que optaron por lo más fácil cuando piensas con el bolsillo y tratas a las
personas como simples números .
La opción es invitarte
a salir por la puerta de atrás y sin hacer ruido. Pero una no sale con el rabo
pegado y las orejas gachas.
Sales con la cabeza
alta y la intención firme de luchar por obtener los derechos que ellos
camuflaron para sus propósitos y en su propio beneficio olvidando que las
injusticias se pagan y los daños se enmiendan .
Para los de arriba y
los de abajo , seguimos en un país democrático y la ley funciona para
tod@s.
No soy títere
ni marioneta porque nadie tiene que mover los hilos de mi vida ni
marcarme el camino.
Nadie tendría que
luchar por lo ganado ni salir deshonrado , pero mientras el pez grande
siga comiéndose al pequeño mientras muchas personas sigan creyendo que
llevamos las de perder contra ellos, estaremos viviendo en una espiral de
miedo.
Mucho consiguieron nuestros antepasados en ganar unos derechos laborales que ahora nosotr@s no defendemos con suficiente garra , a Dios gracias quedamos un@s poc@s luchando . Ni títere ni marioneta sencillamente un trabajad@r que piensa.
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