sábado, 25 de diciembre de 2021

LO QUE NO VES CON TUS OJOS, NO LO INVENTES CON TU BOCA

 Nunca había eliminado de mis contactos alguna amistad, pero ayer me vi muy molesto y obligado a realizarlo.

Resulta que uno de los contactos en esta página -a la que no veo desde hace más de treinta años-, responde a uno de mis artículos muy irrespetuosamente, con insultos personales y refiriéndose a circunstancias inciertas de mi vida privada. Y que conste que me dejó de piedra, dado que jamás pasé por un problema personal con esa persona.
Por educación, le he respondido por privado (en messenger), advirtiéndole que se meta en su propia vida.
Me gustaría consultarlo con el "amigo merliño" de mi amigo Xaquin, para ver qué respuesta apropiada pudiese escribirle, pero a esas horas creo que estaría durmiendo entre ramas.
Opté por mi psicólogo imaginario:
La próxima vez que sientas tensión o incomodidad, pregúntate de quién son los asuntos en los que te ocupas mentalmente. Esa pregunta puede devolverte a ti misma. Tal vez llegues a descubrir que, en realidad, nunca has estado presente y que te has pasado toda la vida viviendo mentalmente en los asuntos de otras personas.
A veces se da la paradoja de que personas con conflictos serios ponen el foco en criticar o inventar los problemas de los demás. De esta manera se olvidan o «distraen» de sus propios problemas que son incapaces de solucionar.
Como es mucho más fácil criticar, dar órdenes y consejos que auto-aplicarlos, tenemos hordas de personas que con el pretexto de la preocupación se inmiscuyen de forma descarada y poco respetuosa en los asuntos de los demás.
Y por si esto no fuera suficiente disparate, esas personas «falsamente preocupadas» se permiten decir que lo hacen «por el bien» del otro. Cuando la verdad es que juzgar lo que hacen otras personas, entrometernos en sus asuntos con la excusa de «sólo me preocupo por ti» y encima exigirles agradecimiento, es una cosa que origina dolor y conflicto a raudales.
En resumen: la próxima vez que me critiques en exceso, quizás sea una señal de que algo en tu propia casa no anda tan bien como creías.



Lino Saborido Rial

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