Hoy me despierto demasiado temprano, será que los años te van dirigiendo a una vida que va quedando sin tanta vida, pero que te lleva a una reflexión donde todo te importa mucho o nada, algo inexplicable o muy fácil de entender.
Me he levantado sin respuesta adecuada, alejado de la codicia y el materialismo, de la envidia, la rivalidad, el odio, el orgullo, la ira y sobre cualquier aspecto interesante de la vida.
Ya no leo las noticias, "La voz de la malicia" y el resto de buitres escriben siempre lo mismo, lo que quiere siempre el dueño o quien paga la tinta, que es lo mismo.
Hoy es el día de la Hispanidad, una parafernalia que invita a recordar la atrocidad cometida con los indígenas.
La única diferencia es que los ricos siguen siendo más ricos y los pobres más pobres, o que se mueren de hambre, que es lo mismo.
Camino hacia la playa, apenas encuentro ser humano, alguno como yo que duerme muy poco y las energías ni le dan el ansia de saludar.
Las primeras gaviotas pisotean con entusiasmo la orilla y una manada de cuervos canta alguna melodía, o se comunican entre ellos.
No sé lo que dicen, pero me hacen sentir menos humano, y eso me llena de satisfacción. Ellos viven con mayor paz que nosotros, no critican ni hacen preguntas.
Hasta que uno no ha amado un animal, una parte del alma sigue sin despertar.
Lino Saborido Rial
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