Cada día que pasa, creo que el deseo más estúpido que tuve de niño, fue ser mayor.
En la infancia solo tenemos un presente de inocencia e ilusión, desconocemos las normas y la terquedad de los adultos hasta que estos imponen su genético poder de la razón, su autoridad y supremacía sobre todas las especies.
Los adultos somos niños inflados por la edad. La gran mayoría prefiere tener razón a ser feliz. Los niños pasan de la razón y optan por la felicidad. Cuando se enfadan con un amigo, a los cinco minutos ni se acuerdan del enfado y están jugando juntos.
A todos los niños se le pregunta estúpidamente que quieren ser de mayor, y cuando llegan a mayores, la mayoría no consiguen los sueños que tenían de niños, simplemente quisieran retroceder en el tiempo para disfrutar los mejores años de su vida, su inocencia, su curiosidad ,su creatividad, su expresión de sentimientos, su empatía y su amor .
Muchos adultos, debido a su ego, se pasan la vida peleándose y enemistados con familiares y amigos por causas irrazonables y sin importancia, y que al fin y al cabo tienen fácil solución.
Sembramos guerras innecesarias, exterminamos a millones de semejantes y acabamos sin escrúpulos con el planeta. Tenemos todos los medios y recursos a nuestro alcance para dirigir exitosamente un país, -y con tantos 'licenciados cerebritos avanzados'- , pero lo destrozamos por la avaricia y la tarambana política de muchos insensatos.
'La mayoría de nosotros en realidad nunca maduramos tanto como suponemos, nos hacemos más altos, reímos menos y vestimos incómodos disfraces de adultos, pero bajo el disfraz está el niño que siempre seremos'.
'He llegado por fin a lo que quería ser de mayor: un niño'.
Lino Saborido Rial
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