Voy hablar (escribir) de una vieja amiga a la cual conozco como si
fuese yo misma, no voy a poner su nombre, la llamaré X, perdió algo muy valioso
por lealtad, dignidad y una dosis de valor hacia la amistad inalterables, defendió a una persona que tenía
miedo a reaccionar, lo hizo porque ella es así, demasiada empatía quizás,
luchó, se encaró al problema y perdió adeptos y dinero. Hoy se siente bien
consigo misma por ser tan así, pero cuando mira el teléfono continúa esperando”
un gracias” de quien defendió a capa y espada que no llega nunca. Mi vieja
amiga siempre dice que no tiene amig@s porque
casi nadie posee el valor que merece ganarse ese título.
Cuando miro profundamente sus ojos encuentro una
fuerza que a pesar de los daños no mengua nunca. Mi vieja amiga es más que una
simple X.
Mano Figueira,2021
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