domingo, 6 de abril de 2025

HABLÁNDOLE A MI MUERTE


Apretaba mi cuerpo con mis manos,

quería sentir mi último aliento.

La vida se me escapa sin reparos,

liberando todo mi ser de sufrimiento.


Se detuvo el sol al filo de la noche,

buscando en la luna el consuelo,

ya nada queda de todo lo vivido,

sólo soy uno más de sus recuerdos.


Al alba mi cuerpo ya descansa,

vestida con mis mejores trajes,

en el camino no encontré lo que buscaba,

sólo soy un caballo desbocado sin herrajes.


Nada fui, nada soy, nada seré,

pues la muerte navega por mis venas,

cual amiga que me brinda su tiempo,

recordándome que la dicha no es eterna.


En la tumba escribieron con amor,

“Aquí yace la que fuera mi madre”,

con pena, hoy lloran mis hijos,

mis abrazos ya no están para cobijarte.


A tu lado camino, muerte maldita,

que me arrebató todo lo que soy.

Mis manos frías ya descansan,

al lado de mi padre y mi señor.


¡Oh mi Dios, ten piedad de mi alma,

te confieso que fui un pecador,

por amar a quien no me amaba,

por buscar en su pecho mi perdón!


  Paki Espiño, 2025


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