Cuando luzca el sol
abre la ventana
para recibir
sus rayos de luz
extiende los brazos
y abre las palmas
la luz que recibas
me sale del alma
el amor eterno
que yo te profeso
en mi corazón
con su dulce idioma
te dará mil fuerzas
en tu día a día
alegrando horas
aliviando heridas
y al llegar la noche
seguiré a tu lado
despidiendo ortos
esperando ocasos
en tu penumbra
en tu soledad
recuerda, querida:
¡siempre me tendrás!
y al amanecer
allí seguiré
para darte fuerzas
con todo mi ser.
Miguel Alberto,2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario