¡PADRE!

           

Ven a buscarme padre,

y llévame un ratito al Cielo,

quiero estar contigo esta noche,

para mí, eres el gran guerrero.

Te levantaste cada día,

manteniendo los pies en el suelo,

luchaste en lenta agonía,

viviste en el mismo infierno.

Tus manos, dos alas rotas,

que quebranto en llanto,

cuando al irte me decías,

en esta guerra no he ganado.

Guerrero, siempre mi guerrero,

luchando sin tener tiempo,

cuando las fuerzas se agotan,

y tienes que luchar de nuevo.

Por muchos años que pasen,

aún guardo en mi pecho tu aroma,

cuando al caer la tarde,

tu risa en mi pecho se asoma.

En el año noventa y cinco,

sonaron tristes las campanas,

por mi padre están llorando,

aún no quiero que te vayas.

Pero ese día llegó,

a casa volví sin ti,

sólo en el cementerio,

¡contigo me quiero ir!

  Paki Espiño, 2024