Todo lo que somos lo forman las personas que hemos visto, conocido, amado e incluso odiado por momentos. Yo no sería yo, si no hubiese disfrutado de la vida en todo su esplendor y la muerte en toda su crudeza.
Las personas y sus circunstancias.
Si hoy me miras y ves en mi rostro arrugas, no me tengas lástima, es la vida que he vivido y dejó su huella en mí. Cada surco, cada línea, es un poco de mi gloria y de mis fracasos. Cada lágrima derramada, la risa a veces sincera, otras forzada, marcaron el sendero de mis emociones llevándome a momentos inolvidables y a otros que quisiera olvidar.
La vida en toda magnitud, mi garganta ahogada por el tiempo, se ve obligada a seguir tragando con el dolor de ver una humanidad sin humanidad. Todo o nada.
En el todo nos perdemos y en el nada nos quedamos. La vida interminable, siempre interminable con el sufrimiento y la desolación. Construyes un País y te lo arrebata un bárbaro, construyes una vida y te la roba un loco, y a pesar de todo sigues luchando, sufriendo, llorando, gritando, pero sigues viviendo.
Es un mundo de locos, pero es nuestro mundo, nuestro tiempo.
Un día quizás lo comprendamos y empecemos a construir sin destruir.
Paki Espiño, 2024
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