Yo que he vivido muchas vidas a través de los libros que he leído, creo que nunca podré disfrutar de la mía propia, no en su plenitud, ni tanto como quisiese. Tampoco creo que llegase a ser posible y mucho menos que alguien lo haya conseguido anteriormente, lo cual llegó a causar en mí un profundo vacío del me que me costó salir. Dudo que alguien se hubiese dado cuenta de lo que pasaba por mi mente, no porque no les importase, sino porque yo no se lo dejaba ver.
Desde mi infancia fui un buen niño, al menos lo que se entiende por ello, es decir, nunca causé problemas: no lloraba, no pedía, no gritaba y muchos adultos me halagaban a su manera diciendo que ni siquiera parecía un niño, que era más un muñeco de esos que se llevaban tanto en mi infancia, a los que les das vueltas mediante una manivela para que se muevan y anden. Yo les respondía con una sonrisa que realmente no sentía, era una máscara, una farsa, pero ellos no tenían la culpa, ellos solo querían hacerme un cumplido.
Ahora he crecido, pero no he cambiado, sigo igual, con la misma máscara, pero más agrietada por el paso del tiempo y el mucho uso que le di, y el mismo comportamiento, como el de un muñeco de cuerda, al que se le están acabando las vueltas.
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