Aquel oficial de la guardia nacional, visita una finca para una investigación que le fue encomendada por su superior y habla con su dueño, un señor ya entrado en años y con mucha experiencia. Le dice al dueño que desea inspeccionar su finca.
El anciano le dice que lo haga, pero que por favor no pase por el terreno cercado.
El guardia, demostrando su autoridad como digno funcionario, le dice:
Mira, viejo: yo tengo la máxima autoridad del gobierno que cabalmente represento, y este 'carnet' que tú ves aquí me califica para ir dónde me de la gana, meterme en cualquier propiedad que me de la gana, sea esta de quién sea, sin preguntas, y tampoco debo dar respuestas. Lo que significa que nada ni nadie puede impedir que yo haga mi trabajo.
¿Me has entendido, hombre viejo o es que no me he sabido explicar?
El viejo simplemente se encogió de hombros y siguió con sus quehaceres.
Pasado un rato, el ganadero escucha unos gritos y logra ver al funcionario corriendo por su vida, seguido muy de cerca por un toro semental a toda velocidad detrás de él.
El toro va ganándole terreno y el tipo, aterrado pide ayuda a todo pulmón: "auxiliooooo, alguien venga por miii, socorroooo, no quiero moriiiirrrr".
El viejo de inmediato deja todo lo que estaba haciendo y va corriendo hasta la cerca, gritándole a su vez muy fuerte :
- ¡¡¡¡¡¡EL CARNET, MUÉSTRELE EL CARNET!!!!!
Reflexión:
La prepotencia es el resultado de darle poder a la ignorancia.
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