EL LEÓN DE METRO GOLDWYN MAYER

La primera vez que fuí al cine, fué de muy pequeño con mi padre. 

Mi padre se habituó todos los lunes en llevarme a ver aquella gran pantalla en color, en Taragoña. 

Repetían casi todos los lunes las mismas películas del domingo. Lo regentaba Don Jesús Rodríguez, muy amigo de mi padre, y que nos explicaba, cómo un gran cinéfilo, los detalles y escenas de los pistoleros que iban actuar. 

Y así entraba yo con más entusiasmo para ver a Gary Cooper, James Stewart, Clint Eastwood u otro famoso. 

Mi abuela me había advertido que no entrase en pánico cuando apareciese aquel enorme León en color, que no me preocupase, no iba salir de la pantalla. Incrédulo, no lo entendí hasta más tarde. 

Se refería al inicio de la película, de la compañía Metro Goldwyn Mayer, cuando salía un gran León emitiendo un rugido estremecedor.  

Por lo que parece, mi abuela salió corriendo del cine la primera vez que lo había visto y no le quedaron ganas de volver. 

En aquellos tiempos aún no existía el color en el televisor, y yo me quedé perplejo ver aquella enorme pantalla en color por primera vez. 

Antes de la película, emitían obligatoriamente el famoso NO-DO, en blanco y negro, protagonizado y dirigido siempre por un tal Paco Franco. 

Después del NO-DO, comenzaba la película y salía aquel enorme León, que daba la impresión que iba salir de la pantalla para comernos a todos, (razón tenía mí abuela). 

Ese primer día que yo ví al fiero animal, que aparentaba salir de la pantalla, me agarré a una pierna de mi padre (como un nàufrago amarrado a un tronco). 

Razones tenía mi abuela. 

LSR.