miércoles, 17 de agosto de 2022

FIELES, INFIELES, IGLESIA Y PROGRAMAS BASURA

 Según un estudio publicado, la televisión y la Iglesia son las dos instituciones con mayor audiencia, pero en las que menos confían los españoles. Más del 70 por ciento se declara católico, cantidad que coincide al milímetro con la que piensa que los curas deberían empezar a trabajar para autofinanciarse.

Podríamos deducir que los fieles son los que menos creen en la Iglesia. Ocurre lo mismo con la televisión: que cuanto más la ves, más la odias, aunque ese odio te mantenga patológicamente unido a programas basura. 

En la vida cotidiana todos conocemos a personas que se casan por la Iglesia, pero que no viven de acuerdo a sus preceptos. Por decirlo rápido, aquí toma anticonceptivos todo el mundo y usa condones cada quisque.

 Digamos que la religión es una insignia de quita y pon. Los curas siempre han anunciado una manifestación contra los matrimonios gays. Nos parece bien, para que comprueben los beneficios de la libertad ahora que empiezan a salir a la luz los documentos delatores de la connivencia del Vaticano con Hitler. 

Cuando los curas mandaban aquí, Franco mediante, tampoco te podías manifestar porque te molían a palos. Y quien dice aquí, dice en el Chile de Pinochet o en la Argentina de Videla, de cuyas dictaduras también fueron cómplices. 

Esta es la diferencia entre ellos y nosotros. Por otra parte, no sería raro que la manifestación fuera un fracaso, ya que el 70 por ciento de los españoles (los mismos que se declaran católicos, pero que no dan credibilidad ninguna a la Iglesia) se muestra a favor de otorgar a las minorías sexuales los mismos derechos que a las mayorías.

Que no hay católicos sinceros, vaya. Quizá por eso, los pocos que todavía creen en Dios se refugian en sectas como el Opus Dei o los Legionarios de Cristo. Pero ni siquiera éstos actúan de acuerdo con el Evangelio. 

Si los que de verdad creen en la Iglesia actúan como actúan, no es raro que la institución a la que representan tenga los mismos índices de credibilidad que la tele.

No confundamos, pues, la audiencia con la fe, que son cosas distintas. La gente ve mayoritariamente programas basura, pero no cree en ellos.

 Si todas las personas enganchadas  a esa basura se comportaran como sus personajes, la vida sería un infierno. Pero no. La gente ve La selva de los famosos y al día siguiente va al trabajo con la misma actitud cívica que si hubiera visto un espacio de libros. 

Todo es muy confuso, excepto las estadísticas, y lo que dicen las estadísticas es que las instituciones en las que menos confiamos los españoles son la Iglesia y la televisión. O sea, que de salud mental, bien, gracias.




                                                           Lino Saborido Rial

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