Te gané con dulces palabras de amor y con el
respeto hacia tu persona, con el amor que te entregué en forma de besos y
caricias en el día a día de esta vida, con un” te quiero”,” te amo”, “tienes razón”...
Así ha ido pasando el tiempo y criando nuestros
hijos, educándoles según nuestras creencias y nuestra cultura. Nunca me has
demostrado desprecio ni falta de cariño y entiendo que es la forma de llevar
una vida digna cumpliendo años, demostrando los sentimientos el uno hacia el
otro hasta el fin de los días.
¡Cuántas veces estando en la distancia pensando en
ti (pues los pensamientos no necesitan un medio de transporte, viajan más de
prisa que la luz) sin tener un teléfono a mano para decirte un “te quiero”!,
pero sabía que estabas ahí esperando mi regreso, eso se llama amor con
mayúsculas, y tú también lo sabías, sabias que volvería para agarrarnos de la
mano y seguir cultivando nuestro amor.
Nos hicimos mayores, y, después de ver crecer los
nietos, decidiste cambiar de vida, pero esa vida que no sé realmente como es. Lo
que sí sé es que sigo paseando por los mismos lugares en soledad, mirando de
vez en cuando el Cielo, intentando ver una señal de que sigues ahí, pero aunque
no la vea, algún día volveremos a unir nuestras almas en esa vida celestial por
los siglos de los siglos. Descansa amor, nos veremos...
Miguel
Alberto,2022
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