domingo, 29 de mayo de 2022

LA LLAMADA

 No sabía que mientras me aburría tumbada en el sofá  mirando sin ver una película de estreno que no llegaba a captar mi atención , mi vida,  de la cuál  me quejaba a todo rato, cambiaría drásticamente para que mi congoja se convirtiese en un dolor visceral  carnal e imperecedero.

El teléfono sonó varias veces mientras en la pantalla la protagonista se probaba un vestido de novia para casarse con el guapo galán , quizás por eso tardé en reaccionar pues la elección captó mi curiosidad.

Cogí la llamada en el último tono y una voz desconocida me habló desde el otro lado , intentando hacerme entender que una vez escuchado lo que tenía que contarme no debía alterarme y esa misma alerta  hizo que mi cuerpo empezase a temblar y un sudor frío empezó a perlarlo , la voz femenina me  contaba que mi marido estaba en urgencias por haber sufrido un accidente de tráfico, que lo mejor era que llamase a un taxi y fuese lo antes posible , que ella esperaba ya en la sala.

No recuerdo muy bien lo que siguió , estos momentos  están  vagos en mi memoria , van directos de  esa tremenda noticia a la sala de espera del quirófano de la planta cero.

Allí estaba una hermosa mujer  rubia, suficientemente joven  como para ser mi hija , llevaba puesta  una blusa blanca medio desgarrada en una manga , con una falda corta y sus pequeños pies cobijados dentro de unas zapatillas de hospital . No sé cuánto tardé en mirarla a los ojos porque mi cerebro intentaba salir de la espesura para encajar  las piezas del puzle y  no   razonaba  quién era ella, que se dirigió a mí en cuanto me vio llegar .

- Señora Glacson, a Jhonatan lo están operando de una pierna rota. No sé muy bien como sucedió, aquel todoterreno se saltó  el stop y no nos dio tiempo a reaccionar. Jhoni  se llevó la peor parte ,yo apenas tengo un rasguño.

La taladré literalmente con la mirada  .¿Quién era ella para dirigirse a mí con esa familiaridad hacia mi esposo? ¿ Por qué estaban juntos en el momento del accidente? ¿ Por qué pareciese  que tenía  derecho a  de estar allí presente?

Iba  a abrir la boca para preguntárselo cuando un cirujano enfundado en su bata blanca apareció tras la inmaculada puerta y se dirigió directamente hacia nosotras.

- ¿Señora Glacson? 

- .- Le dije desviando mi total atención hacia él.

- Su marido ha sido operado con éxito de una fractura en la tibia de la pierna izquierda, ahora está en observación  pero no se preocupe , todo ha salido bien,  una enfermera le traerá ahora una bolsa con las pertenencias que llevaba puestas en el momento de ser atendido .

- Gracias doctor. - Fue lo único que logré articular porque mi mente empezaba a salir de su espesura y se esforzaba en  encasillar las piezas sueltas de  mis  propias conclusiones.

- Doctor ¿puedo verle? - Le preguntó  ella mientras el profesional se me quedaba  miran-do como quien está atrapado en un dilema moral y cívico y no tiene permiso para actuar según su criterio.

- ¿Usted es la señorita Violett , que lo acompañaba en el momento del accidente  verdad? . ¿ Cómo está su brazo , le sigue doliendo?.

Y allí estaba yo con cara de circunstancias, mientras ellos se intercambiaban el parte médico. Una enfermera me sujetó del brazo para llamar mi atención sobre una pequeña bolsa de plástico transparente  que dejaba entrever  los objetos personales de mi amantísimo e intachable esposo , aquel hombre que tardó meses en conquistarme, un don nadie lleno de ambición que a mi lado y gracias al patrimonio de mi padre,  subió escalones en la alta sociedad a velocidad del rayo , un madurito que cuidaba su aspecto y aparentaba diez años menos , un compañero que no objetó  pero alguno cuando  se nos  reveló mi incapacidad para engendrar un heredero .

Me senté con sus cosas en mi regazo y  miré su contenido :un reloj de oro  regalo de nuestro décimo aniversario, su eterna cadena de oro , la insignia con incrustaciones de pequeñas piedras de diamante, símbolo de nuestras empresas y que siempre llevaba puesta en las  solapas de sus trajes  italianos  y, por último  su cartera , en ella guardado en el apartado de las monedas , su alianza , que decía con ese pequeño acto todo lo que me restaba por saber  para finiquitar el puzle, y allí, entre un fajo de billetes nuevos, estaba una pequeña fotografía, en ella sonreían a la cámara la chica de los pies pequeños y mi esposo ,  que sostenía en brazos un niño de unos tres años regordete y lozano  que tenía su mismo color de cabello . Levanté la vista y ella estaba observándome , atenta a mi reacción .

Me incorporé lentamente  le entregué a ella la bolsa de la que había sustraído antes  la insignia del ave fénix ,que era mi obra de joyería más simbólica y meritoria, y salí a la calle sin mirar atrás.

Llovía torrencialmente pero no me afectó ni  un ápice, caminé bajo el diluvio llorando para apagar mi rabia y cuando me vi  lo suficientemente lejos, dejé escapar un grito de impotencia y humillación que rasgó la noche como un trueno .Yo ,  la todopoderosa Avva Glacson, dueña de un imperio de renombre mundial,  artesana  jefe  en joyas de mi propia firma, había sido engañada, traicionada y vilipendiada por un marido infiel  y ahora todo ese escándalo llenaría páginas y páginas de la prensa rosa . Volví a gritar en medio de la oscuridad y abrí los ojos , tenía la ropa empapada pero no de lluvia sino de sudor  y me encontraba semi sentada en el sofá de mi casa  de  Manhattan , en la pantalla el galán miraba emocionado a su novia entrando en la iglesia , mientras mi  cerebro gritaba : ¡una pesadilla , has tenido una horrible  pesadilla! . Suspiré aliviada y me incorporé aún temblando , en la película ella daba el sí quiero y yo estallé en carcajadas histéricas   que se  silenciaron de golpe cuando  el teléfono empezó a sonar.

  Mano Figueira.






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