La comida pierde su sabor
la voluntad muere y desaparece .
El aire se hace irrespirable ,
el pecho aprieta y duele .
Un nudo en el estómago
impide que digieras nada
ni comestible ni sentimental.
Las ojeras hipotecan
tu faz para marcar
esa mirada perdida
de visión hundida.
Y las noches...esas,
te mantienen
desvelada
con sus días amnésicos de
no conciliar el sueño .
Las lágrimas salen solas
sin previa provocación.
Pasas de mortificarte
a inmolarte
y en ese fuego de
frustración e impotencia
sientes una enorme
pena inmisericorde hacia ti misma .
No puedes pensar , ni ser
benévola con nadie
porque el odio
abarca territorio.
El desamor
nos lleva al lado oscuro
de donde nunca se regresa entero.
Mano Figueira.
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