lunes, 7 de marzo de 2022

¡ A LA ORDEN MI CORONEL!

 

Dijo él, con ese retintín tan propio del marido más que aburrido de escuchar durante años, que parecen siglos, las peticiones de su santa esposa, la cual siente  muchas veces que piensa en voz alta , porque a lo sumo él la mira por encima de las gafas o suelta un gruñido pero siempre parco en palabras , como si a esas alturas ya lo tuviesen todo dicho .

Y ahora , ese saludo militar con su pullita...¿ a que viene?

Se lo quedó mirando como si revisase las tropas y no encontró nada inusual, quizás no durmió lo suficiente, posiblemente la jubilación le afectase más de lo que quería reconocer y, el verse ahora encerrado en el centro de operaciones con la teniente en jefa siempre presente, lo descolocaba un poco.

Él bajó la mirada y continuó con su móvil dándole vueltas a sabe Dios qué y ella resopló y se fue a la cocina a preparar la rutinaria tortilla habitual de los lunes desde hacía treinta y cinco años .

Se le pasó por la cabeza cambiar ese plato, pero lo desechó sacudiendo la cabeza con un no rotundo al vacío  y se puso a trastear, mientras su marido escribía en su red social que la vida de casado no estaba mal aunque a veces...se soñaba mejor en libertad .

 Mano Figueira.



No hay comentarios:

Publicar un comentario