lunes, 14 de febrero de 2022

VIVENCIAS (2)

 

En aquella época en Alemania casi todo el mundo trabajaba a turno continuado de ocho horas diarias, cosa que veo bien pues quedan dieciséis horas restantes  que dan para mucho, por lo tanto sobre las 15,00  ya estábamos de regreso en casa y aprovechábamos dedicadas a las cosas del hogar y pasear un poco para conocer la ciudad y alrededores.

 Lo primero que me llamó la atención ha sido la educación y el orden en dicho país: cuando entrábamos a una tienda los primeros días y no conocíamos el dinero, se lo poníamos en la palma de la mano al dependiente y él escogía indicándonos lo que sobraba, lo mismo ocurría al subir al tranvía con el conductor: tras haber cobrado, nos regalaban una sonrisa y un “danke schaen”  (gracias).

Nunca recuerdo que un encargado me chillara o hablara de malas maneras, al contrario, cuando no entendía algo, intentaba explicarme muy despacio para así comprender. Lo mismo ocurría con los compañeros, había gente de distintos países y allí todos éramos como hermanos, auténtica camaradería entre todos nosotros. En aquel verano estuvimos asfaltando las calles de un pueblo llamado Reilingen y sobre medio día aparecían en la obra las amas de casa para ofrecernos té y limonada o galletas, cosa que agradecíamos. Yo me preguntaba el porqué de aquellas gentes, aquella forma de comportarse con los obreros, pues no era solo en nuestra obra sino en otros pueblos también y, hablando con un compañero polaco, me dijo que los alemanes se sentían muy dolidos por haber perdido la guerra y esa era la forma de demostrarnos su afecto.

Recuerdo otro día de una gran nevada que me bajé del tranvía en la parada equivocada y totalmente desorientado por la cantidad de nieve acumulada en la calle, di dos o tres vueltas y no encontraba nuestra calle que era la Sickingstrasse, total, que decido tomar un taxi en una parada y resulta que estaba a unos trescientos metros, el taxista debió comprender mi situación y no quiso cobrarme. Anécdotas como esta me han pasado otras veces a lo largo de mi vida que iré relatando en capítulos siguientes.

 

  Miguel Alberto,2022

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