domingo, 27 de febrero de 2022

LISBOA

 

Mi corazón latió muy deprisa cuando compartimos nuestras primeras vacaciones de verdad de la buena.

Lisboa quedó por siempre sellada a unos recuerdos felices , donde compartimos anécdotas y a  la que  volveremos cuando sellemos nuestra unión.

Sus calles de interminables cuesta arriba, sus fachadas azulejadas y  coloridas, su vino tinto caliente como la sangre que se enciende al son de los fados, su Cristo Rey , sus amables gentes, su puerto sin gaviotas y el amor ...

Sí, volveremos seguramente.

 Mano Figueira.




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