La banca en general y administraciones públicas discrimina cruelmente a las personas mayores que no están familiarizadas con las herramientas telemáticas.
La supresión de oficinas, con empleados que atendían y conocían personalmente a sus clientes, ha ido derivando en servicios despersonalizados, gestiones 'on line', citas previas y el uso de cajeros automáticos.
Millones de personas en España y, sobre todo, en la España vaciada, sufren de la falta de atención y de servicio de bancos y administraciones donde habían depositado su confianza desde hace decenas de años. Personas con las que bancos y cajas obtienen y siguen obteniendo pingües beneficios se encuentran hoy desatendidas.
Por eso, es justo, obligatorio e innegociable que se exija a los bancos y administraciones públicas que, además de sus servicios 'on line', se habiliten servicios 'old line' para los mayores, una gran parte de la población española que está totalmente discriminada y desatendida.
“El verdadero peligro no es que las computadoras comenzaran a pensar como los hombres, sino que los hombres comenzaran a pensar como las computadoras”
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