La vida me ha dado un golpe de gracia que presentía hace algún tiempo .
Lo veía en las contestaciones de la gente, en la mirada de algún superior , en un sudor perlado que me envolvía nada más llegar.
En ese nudo que se me formaba en el estómago , en las contestaciones hipócritas estaba en el aire y a mí me asfixiaba .
Ya no me reía , ni me sentía valorada , se acercaban cambios grandes y yo vi venir la ola antes de ser engullida.
Ahora toca librar la batalla final.
Después empezar de nuevo sin cicatrizar, para recordar lo aprendido y para reafirmar esa máxima que siempre marcó mi carácter: Sólo los peces muertos siguen la corriente .
Y yo, pese a quien pese, nunca estuve ni más viva ni más consciente de mi valía.
A escribir nuevas vivencias en un libro viejo pero lleno aún de inmaculadas páginas en blanco.
Mano Figueira.
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