Lánguidamente
espero la muerte,
apostada sobre la vieja ventana
veo transcurrir las frías noches
sin esperar que exista un mañana
la vida se cobró sus honorarios
sin respetar los deseos de mi alma
se volvió arrugada mi piel tersa
de mis manos, mi cuerpo y de mi cara
se llevó la ilusión y las ganas
de cambiar el mundo donde vivo
gastando cada una de mis armas
luchando en la batalla sin enemigo
ahora pronto se hará de noche
ya no habrá más encuentros venideros
se va tras los cantos del jilguero
aquel que un día fue tu sueño
la muerte en la noche me confunde
queriendo fingir que es mi amiga
ya no lucho y dulcemente me entrego
esperando que ese sueño sea eterno.
          
Paki Espiño,Muscat  (Oman) 2021
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