Hola querida mía, ¡qué pronto pasaron cincuenta
años!, ya ves, la vida es un sueño y nunca mejor dicho pues el tiempo vuela,
pero el recuerdo está ahí y siempre lo estará. Aquel amor de los quince años, aquellos
besos de la adolescencia que ni siquiera sabíamos que sabor tenían pero, eso
sí, eran besos de amor que aprendimos a saborear en nuestra juventud y
jamás han sido olvidados. Aquellas noches bajo la luz de la luna de caricias
interminables amándonos con nuestro joven corazón, aquello sí que era amor de
verdad del que te queda guardado para siempre, aunque pasen años y años
alejados el uno del otro.
Aquellos
años inocentes de nuestra adolescencia pero tan dulces… nos veíamos a diario
sin tener nada que decirnos, siendo felices simplemente con vernos incluso dos
o tres veces. Así fue pasando día tras día la locura de los quince años. Luego
llegó la separación y cada uno por caminos distintos encontrando otros amores,
otras parejas, y formando una familia. Pero hay algo que quiero decirte; que
has sido la única mujer que amé con todo mi corazón y amaré por el resto de mis
días.
Miguel
Alberto,2021.
P.D. ¿Verosimilitud literaria? Quizás.
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