domingo, 16 de mayo de 2021

EL RECUERDO

 

  Hoy no sé por qué me viniste a la cabeza, así, sin venir a cuento, algo pasó que me devolvió un recuerdo; recuerdo la cena de empresa y el grupo tan bueno de compañer@s que tenía allí, recuerdo el vestido que me puse para esa noche porque me dijeron que no tendría agallas de llevármelo al evento y te recuerdo a ti, tan alto, tan gallardo, (no eras de los guapos pero un cacho bueno de moreno atractivo) ,  me hacías reír hasta que me dolía el estómago y siempre que coincidíamos de compañeros el día volaba escuchando ese acento andaluz y tus historias de Barbate. Toda la música era animada y el grupo lo pasábamos en grande, pero el tiempo se paró cuando tú pediste que pincharan una lenta y cogiéndome de la mano me sacaste a bailar, quedamos solos en la pista donde yo me moría de vergüenza con tantos ojos pendientes de nosotros.  Empezaste a hablar y yo con mis tacones estaba casi a tu altura y ya no pensé más en nadie. Fue un baile, sólo eso y la fiesta siguió casi toda la noche. No sé porque recordé eso hoy, quizás porque divagando pensé que un acto sin mala intención como fue ese balanceo entre tus brazos pudo dar paso a unos comentarios mal intencionados, que consiguieron que tu mujer se plantase delante de mí una semana después para ponerme fina (y en andaluz ceceando sin tregua que apenas pude interpretar dos tacos en Hebreo y una mala leche para intoxicar media isla) y yo aguantando estoicamente su histeria la dejé desahogarse y al terminar ella, le di una réplica en gallego castellanizado que hizo temblar el Tymanfalla. Hoy te recordé  porque pensé en cómo un acto tan sencillo y la vista del mundo puede hacer que te metas en un buen lío, ¡pero chico! Lo que yo me reí contigo aquella noche bien valió cien enfados de tu señora esposa!!!

  Mano Figueira,2021

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