domingo, 23 de mayo de 2021

CUANDO TE VI

 

  Te vi sonriéndote a ti mismo con esa luz en tu mirar capaz de eclipsar al mismísimo lorenzo en hora de máximo resplandor, tu pelo estaba alborotado por el viento y tu mirada perdida se posó con fuerza en la mía, me la sujetó, me embriagó y bajó mis defensas una a una sin cuartel. Me quedé allí paralizada en medio del parque sin poder escapar  mientras te acercabas a mí con paso firme y decidido. En segundos mi cuerpo antes helado empezó a entrar en calor, no sé si por la vergüenza de ser pillada observándote o por lo inevitable del encuentro. Cuando te paraste a mi lado, tan cerca que podía respirar del aire que exhalabas, la piel se me erizó y todos mis sentidos estaban pendientes de ti, tu voz sonó como una puerta sin engrasar desde siglos atrás, tan chirriante y escandalosa que borró la imagen que de ti se me estaba formando en mi cansina imaginación para arrastrarme a la cruda realidad de tu pregunta...”¿es que no sabe usted leer, que está encima del cemento fresco?” De allí salí con viento fresco!!!

  Mano Figueira,2021

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