martes, 25 de junio de 2024

RELIGIÓN Y CONVICCIÓN


Nunca fui muy creyente más allá de las misas de los domingos de mi pueblo y casi siempre obligada a asistir por mis padres. Después el devenir de la vida me fue agotando lo poco de creyente que un día tuve, hasta dejarme aferrada únicamente a lo terrenal. Aún así, aquella tarde los acordes de unos niños cantando los salmos y ese olor entre dulce y amargo hicieron brotar en mí las lágrimas.

Esa tarde me esforcé en buscar en lo más profundo de mi ser algún resquicio de fe

para rogar por todos nosotros. Por los que ya se fueron, por los que están y por los que un día estarán. Rogar para que la humanidad no pierda la HUMANIDAD. Rogar para que exista ese Dios que millones de personas veneran. A veces me cuesta creer en el más allá de mi conciencia. Cuando piso tierra africana mis dudas embargan mi alma y me aferro a la esperanza de un mañana mejor para este pueblo, un pueblo que conozco y respeto.

Para un niño africano su único pecado fue nacer aquí, El color de su piel lo hace diferente a tus hijos, ni su religión ni su idioma, solo lo hace diferente el lugar donde nace, la espalda de sus padres es el lienzo vivo donde se dibuja su historia.

Sus manos agrietadas y el sudor de su frente nos indican el camino a casa, un hogar que vive en su corazón y añoranza.

Cada vez que piso esta tierra estoy mas convencida que soy una mujer blanca con alma de negra.


 Paki Espiño,


Beira,(Mozambique) 2024






No hay comentarios:

Publicar un comentario