La madre llora a su hijo
postrada al pie de la Cruz
derramando dulces lágrimas
por el Rey de los judíos
fue vilmente asesinado
sin causa justificada
por hombres de poca fe
¡esbirros del Sanedrín!
¡No llores madre!, ¡no llores
Dice el Rey ya moribundo
por tu hijo ajusticiado!
¡te ruego que les perdones!
A estos hijos de Israel
que torturan y asesinan
sin haber sido juzgado
ni haber delito alguno
no existe mayor dolor
que enterrar al propio hijo
después de ser inmolado
junto a la cruz del Calvario
¡Perdona madre, perdónales!
¡y tú...sígueles amando!
pues no saben lo que hacen
¡y yo ya les he perdonado!
Año cero de la Era Cristiana.
Miguel Alberto.
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